28/06/2020 – Dr. Juan García Puig
¿Me podría aclarar la situación actual de las vacunas? Veo que hay mucha confusión. ¿Por qué hay tantas en esta “carrera”?
El 23 junio 2020 se publicó en THE CONVERSATION (“rigor académico, oficio periodístico”) un texto firmado por tres investigadoras españolas, excelentes.
“En la carrera de la vacuna contra COVID-19 necesitamos más de un caballo ganador”
María Mercedes Jiménez Sarmiento. Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) – CSIC Margarita Salas.
Matilde Cañelles López. Instituto de Filosofía – CSIC
Nuria Eugenia Campillo, CIB – CSIC.
La respuesta de nuestro sistema inmunológico varia según la edad. Por eso, debemos apostar por varias vacunas contra el SARS-CoV-2 en lugar de por una sola. Una vacuna que puede ser útil para una persona mayor, puede no ser eficaz para los niños / adolescentes / jóvenes. La respuesta inmune contra los virus consiste en una serie de eventos en cascada que van progresando, si el organismo no es capaz de controlar la infección rápidamente.
Inmunidad INNATA, MIXTA y ADAPTATIVA o adquirida (ver tabla inferior)
La primera reacción del cuerpo ante la llegada de “algo extraño” es la llamada inmunidad innata (ver tabla inferior). Es un sistema de defensa que comprende un conjunto de células y diversos mecanismos moleculares como el “complemento”, que nos defienden de cualquier agresión, de forma no específica (inespecífica = se comporta igual ante cualquier agresor). Esto significa que las células de la respuesta innata reconocen y responden de forma genérica, común. A diferencia de la respuesta inmunitaria adaptativa, no confiere inmunidad a largo plazo y no nos protege de otra agresión posterior (NO MEMORIA).
Los representantes mayoritarios del sistema inmunitario innato son los macrófagos, que desarrollan el mismo tipo de respuesta con independencia del agente infeccioso hostil.
La función principal de los macrófagos es la de fagocitar todos los cuerpos extraños que se introducen en el organismo como las bacterias y sustancias de desecho de los tejidos. Por tanto,
los macrófagos son fagocitos, al igual que los neutrófilos y otras células.
A medio camino entre la inmunidad innata y la adquirida se encuentra la inmunidad “mixta”, con dos tipos de células inmunes: las gammadelta (γδ) y las Natural Killer o NK. Estas células, aunque son inespecíficas, pueden responder ante cualquier atacante y desarrollan memoria inmunológica con respecto a los patógenos a los que han atacado.
Los macrófagos y las células γδ y NK no reconocen una proteína específica del patógeno, sino más bien patrones moleculares de daño o estrés celular.
Si estas dos lineas de defensa no son suficientes para acabar con el patógeno, se moviliza el sistema inmunitario adaptativo o adquirido, mucho más sofisticado y dependiente del tipo de bacteria o virus (ver figura siguiente). Los protagonistas de la respuesta inmunitaria adaptativa son los linfocitos, capaces de generar anticuerpos y memoria inmunológica.
En los seres humanos existe una preponderancia del sistema inmune innato en niños (que aún no han desarrollado la inmunidad adaptativa) y en los ancianos (en los cuales esta se va “extinguiendo” la inmunidad adaptativa).
Una vez que una persona ha pasado una infección, en su cuerpo quedan aproximadamente 100 linfocitos de memoria. Estas células sirven para ofrecer una respuesta inmune específica si la persona vuelve a ser atacada por el mismo patógeno. Estas células de memoria van desapareciendo con la edad, más aceleradamente si la persona está sometida a estrés o a enfermedades crónicas.
Por tanto, una vacuna desarrollada contra una proteína concreta de un virus debería generar una respuesta inmune más robusta en jóvenes y adultos, mientras que una vacuna contra el virus completo podría ser más efectiva en niños y ancianos.
Mejor “aportar que competir”.
A fecha de 16 de junio de 2020, el número de vacunas en desarrollo contra COVID-19 es de 163. Estas vacunas se encuentran en diferentes fases de desarrollo. En este momento 10 vacunas están siendo probadas en fases clínicas.
Los requerimientos que debe satisfacer cada vacuna, en cada una de las fases (tabla inferior) garantizan la eficacia y la seguridad de las candidatas. Todo ello está regulado por normas muy estrictas de la Agencia Europea de Medicinas (EMA), la Agencia de EE.UU. para la Autorización de Fármacos (FDA) y la OMS. Debemos entender que las tres fases que debe aprobar una vacuna suponen un enorme esfuerzo de investigación, sin garantía de éxito.
En AZUL recojo algunas de las preguntas que se formulan a cada vacuna, en cada fase de la investigación, y para las que hay que solicitar las autorizaciones correspondientes. Los permisos para iniciar / proseguir cada fase se conceden por grupos de expertos muy cualificados, que además supervisan la evolución de los proyectos conforme a lo establecido / aprobado.
Veamos ahora cada una de las vacunas más desarrolladas:
Moderna: Es con la de Oxford la que se encuentra en una fase más avanzada. Su vacuna se basa en el ARN mensajero que produce la proteína spike (S) del SARS-CoV-2. Esta proteina es la responsable de la entrada del virus en nuestras células al unirse con el receptor ACE-2 (enzima convertidora de angiotensina 2).
La vacuna de la Universidad de Oxford, ChAdOx1 nCoV-19 (ver texto ampliado más abajo) utiliza una versión atenuada de un virus que no es pernicioso para el ser humano, pero que causa infecciones en chimpancés. Ha sido modificada genéticamente para producir la proteína S del coronavirus.
Cansino Biological (CaSinoBIO) está desarrollando una vacuna parecida a la anterior, AD5-nCoV. Utiliza un virus que causa el resfriado común, pero modificado para que NO se reproduzca. Este vector/virus transporta el gen de la proteína S de la superficie del virus, con la cual se intenta provocar la respuesta inmune para combatir la infección.
Por último, Sinovac Biotech está desarrollando la vacuna PiCoVacc, que utiliza el virus SARS-CoV-2 inactivado químicamente. Al estar “inactivado” el virus NO puede reproducirse, pero el sistema inmunológico SI percibirá que “algo extraño” ha entrado en el organismo y pondrá en marcha todos sus sistemas de defensa contra el virus.
¿Por qué necesitamos un “podium” compartido?
El enorme esfuerzo realizado por investigadores y empresas farmacéuticas para encontrar una vacuna eficaz contra la COVID-19 no debe ser una carrera con un solo ganador.
En algunos enfermos se produce una respuesta inmune exagerada, de forma singular en individuos con un sistema inmunológico desgastado o menos eficiente. Para que sea eficaz por un tiempo prolongado, la vacuna debe desarrollar en el organismo una respuesta adaptativa, mayoritariamente la generada en los adultos, no ancianos.
Por eso, el abanico de vacunas que estará disponible en el futuro deberá abarcar distintos grados de eficacia y permitirá conseguir una inmunidad de grupo suficiente para minimizar la transmisión y proteger a los más vulnerables.
La mejor vacuna debería proteger al personal sanitario, a los adultos con comorbilidades, ser eficaz para niños y ancianos, minimizando el efecto inmunopotenciador, y de rápida y fácil producción y almacenamiento. Disponer de varias opciones con distintas especificidades permitirá administrar la más adecuada según el individuo y su situación. Factores como la estacionalidad y la diversidad geográfica, sanitaria y social, han influido en la incidencia de la enfermedad y, por lógica, afectarán a la estrategia de la profilaxis.
En países tropicales parece aconsejable diseñar una vacunación en masa para proteger a la población más vulnerable. Sin embargo, en países con climas templados, con incidencia estacional, parece lógico que se inmunice a la población de más riesgo, en periodos de baja transmisión, como ocurre con la campaña anual contra la gripe.
Por tanto, necesitaremos todas las vacunas candidatas que vayan “cruzando la meta”, y estar preparados para los nuevos retos. De hecho, estamos asistiendo en estos días a “rebrotes” de la enfermedad Covid-19 en España (Navalmoral de la Mata, Aragón, Málaga, etc). Según la información de los medios, algunos de estos “brotes” son importados de otros países. De ahí la NECESIDAD de examinar a todos los que lleguen a España para detectar, y evitar en lo posible, que estas personas enfermas sean una fuente de infección para otros.
En suma, las medidas de prevención para el verano 2020, NO se deben trivializar y debemos implementarlas al máximo.
Con estas medidas NO solo nos estamos protegiendo a nosotros; también estaremos evitando la diseminación del virus entre las personas más cercanasa nosotros y que se produzcan¡ más fallecidos.
La vacuna de la Universidad de Oxford.
Redacción de iSanidad del 23 junio 2020. Texto adaptado a este formato.
La vacuna frente al SARS-CoV-2 de la Universidad de Oxford (Prof. Adrian Hill, 1958) puede estar disponible en octubre.
El profesor Adrian Hill, Director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, confía en tener los resultados de los ensayos clínicos de la vacuna frente al SARS-CoV-2 en agosto o en septiembre 2020. AstraZeneca, una compañía multinacional farmacéutica, está ya fabricando la vacuna, de forma que si los resultados de los ensayos clínicos son positivos, NO habrá que esperar a que se produzca de forma “masiva”. “Estaremos listos para entregar la vacuna a partir de octubre, si todo va bien”, dijo este profesor durante su participación en un foro organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER).
La vacuna británica es la que se encuentra en una fase más avanzada, junto con la de la empresa Moderna. Se basa en adenovirus vivos, que NO causan enfermedad en el hombre, con una capacidad muy elevada de replicación. Esto facilita su producción a gran escala; se obtiene un gran número de dosis en poco tiempo y con un coste más bajo. Los adenovirus han sido modificados en su genética para que sinteticen la proteina S y el huésped genere anticuerpos. La vacuna “ha demostrado muy buenos resultados en chimpacés”, recordó. Ahora se prueba en humanos, confiando en que los resultados sean positivos.
No sabemos si la inmunización frente al SARS- CoV-2 de la vacuna de la Universidad de Oxford promoverá una inmunidad duradera. El tipo de vacuna hace suponer que puede tener una estacionalidad como la gripe.
También hay varios grupos de investigación españoles que desarrollan vacunas (por ejemplo, los Dres. Luis Enjuanes y Mariano Esteban). Estos investigadores están trabajando en el CSIC en una posible vacuna contra el SARS-CoV-2. En el caso del equipo que dirige el Dr. Esteban, en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CSIC, se trata de una “variante del virus muy atenuada” como
la que se usó contra la viruela. “Utilizamos un poxvirus que expresa la proteína S del SARS-2, responsable de la entrada del patógeno en las células humanas” explicó. “Ya hemos empezado los ensayos en animales, por lo que, si todo va bien, a final de año podríamos comenzar a probarla en humanos”.
Por su parte, el Dr. Enjuanes y su equipo esperan tener en los próximos cuatro o cinco meses un prototipo de vacuna para empezar con ensayos en animales. Su equipo ha construido el virus sintético del SAR-CoV-2 en el laboratorio. “A través de ingeniería genética estamos tratando de identificar qué gen o genes le confieren su virulencia”.
La comunidad científica confía en que la vacuna del equipo del Dr. Enjuanes sea una de las más potentes, aunque tarde más en llegar. Los expertos del encuentro estuvieron de acuerdo en que la prioridad ahora mismo es conseguir una vacuna que proteja lo suficiente para reducir la mortalidad, los contagios y la necesidad de hospitalización. Es importante lograr una vacuna capaz de producir memoria inmunológica a largo plazo. Por ello, es muy probable que convivan en el mercado diferentes vacunas.
En el encuentro también ha participado el Prof. David M. Salisbury, del Royal Institute of International Affairs, Chatham House de Londres, quien ha insistido en la importancia de que la vacunación llegue a todos los países del mundo. También ha lamentado que la vacuna no esté disponible en todos los paises a la vez, puesto que existen diferencias notables de estructura y recursos, sobre todo en muchos países de África y algunas zonas de Asia y América. El Prof.
Salisbury ha instado a realizar un esfuerzo global para que haya fondos económicos que posibiliten un acceso universal a las vacunas.
Los expertos dijeron que, en el futuro, es previsible que la situación de la pandemia sea diferente; se producirán brotes en distintas zonas y en estos lugares habrá que proceder a una vacunación masiva.
También habrá que esperar para saber si el virus …
- Desaparece, como ocurrió con el SARS-CoV-1.
- Reaparece estacionalmente, como el de la gripe común, ó
- Permanece entre los humnanos, pero se consigue controlar con la vacunación, como el rotavirus.