VACUNAS. ¿Por qué tardan tanto en producirse?

26 mayo, 2020 AdminGadea

05/04/2020 – Dr. Juan García Puig

Dicen que lo ideal sería disponer de una vacuna frente al virus ¿por qué tarda tanto en producirse?


Una VACUNA puede definirse como una sustancia que estimula nuestro sistema inmunológico, de forma que el sujeto esté preparado para vencer al microorganismo que eventualmente pueda infectarle. A este proceso se llama INMUNIZACION.

Decimos, de forma esquemática, que una persona está inmunizada cuando (a) ha pasado la enfermedad y asumimos que ha adquirido “memoria” para luchar contra el virus; (b) cuando le proporcionamos anticuerpos (Ac) que bloquean la entrada del virus en sus células; o (c) cuando estimulamos su sistema inmunológico, externamente, para que produzca Ac bloqueantes de la entrada del virus en sus células.

¿Cómo podemos estimular el sistema inmunológico para que produzca Ac?
De diversas maneras. Muchos grupos de investigación están trabajando en este área. Unos utilizando proteinas del virus, otros empleando material genético del virus, que se acopla a la maquinaria genética del huésped (las personas), para producir muchas copias de “virus defectuosos”, que no infecten ni hagan daño, pero que estimulen al sistema inmunológico para producir Ac que sí son eficaces contra el SARS-CoV-2, etc, etc.(Dra. Isabel Sola Gurpegui.)

A la derecha podemos ver un esquema de las estructuras principales del virus SARS-CoV-2, que, teóricamente, podrían utilizarse, de forma aislada o combinadas, para estimular el sistema inmunológico de una persona. En función del material “inmunogénico” (= sustancia que estimula al sistema inmunológico) habrá vacunas de un tipo o de otro. Lo que todos pretenden, en primer lugar, es que sea SEGURA y en segundo lugar que sea EFICAZ.

 

Una vacuna es SEGURA cuando NO produce efectos secundarios. Por ejemplo, imaginemos que la vacuna (sustancia que introducimos) estimula mucho al sistema inmunológico y que este “ejército interior” que todos tenemos (sistema inmunológico) se desgobierna y empieza a atacar estructuras del propio cuerpo… puede producir una enfermedad autoinmune, quizá peor que la enfermedad que pretendemos evitar.
Lo segundo que queremos es que la vacuna sea EFICAZ. Y decimos que una vacuna es EFICAZ cuando: (a) es bastante inmunogénica (= estimula al sistema inmunológico, medido por la producción de Ac); (b) los Ac que genera son “útiles”, es decir, bloquean la entrada del virus en las células del huésped; y (c) la respuesta del sistema inmunológico es prolongada en el tiempo y protege durante un tiempo dilatado…


Para conseguir estos objetivos, casi todas las vacunas se administran varias veces y así conseguir una estimulación reiterada del sistema inmunológico para que produzca Ac y la persona tenga “memoria inmunológica”. La figura de la página siguiente recoge, de forma muy esquemática, el complejo recorrido desde que surge la “necesidad de una VACUNA” hasta la comercialización de la misma. En el camino, mucha investigación, muchas veces desalentadora, necesitada de grandes recursos y colaboraciones múltiples.

Un apunte final: Ante la urgencia de la situación, es posible que la producción industrial de la vacuna se inicie «a riesgo», es decir, antes de concluir los ensayos clínicos. Hay que tener en cuenta la inmensa demanda de miles de millones de dosis y la situación de competencia por disponer de la vacuna que se planteará en cada país y entre todos los países.

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